Seguimos con la serie de posts dedicados a nuestra metodología (parte I y parte II) y hoy queremos centrarnos en el papel de uno de los miembros del equipo con los que Entrecanes desarrolla cada sesión, la interventora.
Ya lo hemos mencionado en cada una de las publicaciones anteriores, pero el punto de partida es fundamental para nosotros, y conviene repetirlo. Una interventora de Entrecanes tiene que poseer una formación y una titulación previa que le faculte para desarrollar proyectos sin la presencia de un perro. Puede ser, entre otras, psicóloga, maestra, trabajadora social, educadora social, fisioterapeuta, logopeda, etc.
Y teniendo esa titulación, podrá desarrollar los proyectos de su ámbito, es decir, la maestra no hace fisioterapia aunque haya un perro, la psicóloga no realiza proyectos educativos si es psicóloga sanitaria y no educativa, etc.
Con esa titulación, tiene que tener formación en IAA y más específicamente en IAP (si estas siglas os suenan a chino tenéis que empezar a leer aquí). Con al menos tres componentes fundamentales;
Fundamentación de las IAP (¿por qué participa un perro?)
Metodología de Intervención de Entrecanes (¿como participa un perro?)
Área Canina de Entrecanes (Cómo debe participar el perro)
Esta formación debe ser teórico-práctica y debe permitir a la interventora desarrollar su trabajo en Entrecanes, que es el siguiente;
-Diseño y elaboración de programas
-Diseño y evaluación de objetivos
-Diseño de sesiones
-Desarrollo de las sesiones
-Registro y evaluación de las sesiones
-Elaboración de informes
-Elaboración de evaluaciones finales y memorias de programas
Este seria la lista formal de labores, pero de una forma más concreta ¿En qué consiste el trabajo de una interventora?
En primer lugar, las interventoras forman el área de intervención de Entrecanes, que mantiene reuniones periódicas para el seguimiento de los proyectos, incidencias, desarrollo de nuevos programas o proyectos.
También por supuesto hay reuniones generales donde tanto el área canina (de ellos hablaremos en el siguiente post de esta serie) como el área de intervención ponen en común todas las cuestiones relacionadas con el desarrollo de los proyectos y el funcionamiento de la Asociación, dando verdadero sentido al concepto "multidisciplinar" que es una base fundamental de Entrecanes.
Cada interventora es la primera responsable de los proyectos en los que desarrolla las sesiones, al margen de que exista una responsable de intervenciones y un coordinador general de proyectos. Debe haber elaborado, o conocer a fondo el programa en el que se integra el proyecto en el que interviene (Por ejemplo, todas nuestras intervenciones con el colectivo de personas mayores se engloban dentro del programa "Abrazando Recuerdos", que se divide en proyectos por cada centro de día o residencia en la que llevamos a cabo sesiones). Cada interventora es responsable del cronograma de cada proyecto, con el diseño de cada sesión, ítems de evaluación, redacción de informes, etc.
Esta es la parte de "despacho", teórica, previa a las sesiones. Todo el diseño, evaluación previa, elaboración de objetivos, selección de dinámicas y actividades para el proyecto, todo este trabajo previo debe desembocar en la sesión, el lógico corazón de las intervenciones.
Durante todo este proceso, debe existir una comunicación con los coordinadores y responsables para fijar horarios, duración, perro o diferentes perros asignados al proyecto. También por supuesto con su guía canino, porque aunque la interventora tiene formación de área canina, el guía siempre tiene que aportar el "punto de vista del perro" sobre la participación del perro en la sesión, ritmo, características y personalidad del perro que participara en la sesión, etc.
Para nosotros, una sesión debe tener un equilibrio entre preparación previa e "improvisación", es decir, adaptación a las necesidades e imprevistos que surgen en el día a día. Solo con una sólida preparación, donde se interiorizan los protocolos de intervención que se llevan aplicando siete años es como se consigue ese equilibrio.
Os pongo un ejemplo; el cronograma dice que en la residencia X correspondería una sesión más centrada en la parte motriz. con algún circuito y actividades que impliquen más movimiento. Tenemos las actividades que queremos plantear, los materiales, hemos coordinado con el guía canino el desarrollo de la sesión con los tiempos de actividad, descanso y bienestar del perro, y participa un perro de intervención más activo, al que le encantan este tipo de actividades.
Pero cuando llegamos al centro y puesto que todos andamos con mil cosas en la cabeza, no les ha dado tiempo a mandarnos un correo informándonos que por la mañana han estado de excursión y los abuelos están ya un poco cansados, y además el día, que había amanecido nublado se ha abierto (el norte de España puede tener todos los climas en un mismo día, creednos) y la temperatura de la sala no invita a muchas carreras ni de perros ni de humanos. Si nos "empeñamos" en seguir el guión pre-establecido, tendremos seguramente personas participando de mala gana en las actividades propuestas, una interventora frustrada, un guía muy preocupado, un perro con mucho calor y una sesión que no dejara contento a nadie.
Tendremos que "improvisar" un poco, rebajar la duración o la intensidad del circuito, añadir alguna dinámica que traíamos en la cabeza y en la bolsa de materiales "por si acaso", y seguramente de esta manera todos saldremos más contentos.
Durante la sesión, por tanto, el papel de la interventora es interactuar con los participantes, proponer las dinámicas o actividades, e ir desarrollando la intervención planificada propiamente dicha.
Esto debe llevarse a cabo en coordinación y estrechísima colaboración y comunicación con su otro compañero humano del equipo de Entrecanes, el guía canino, de cuyo rol hablaremos específicamente, pero que muy resumidamente debe estar pendiente del rendimiento, seguridad y bienestar del perro de intervención. Son tres elementos (interventora, guía y perro) que se asocian para interactuar con los participantes en la sesión (que se suelen denominar de forma genérica "usuarios") y trabajar junto con ellos en los objetivos propuestos dentro de cada proyecto.
También es responsabilidad de la interventora la coordinación con los equipos profesionales de los centros en los que trabajamos, en varios aspectos. La participación o no de estos profesionales en las sesiones en sí mismas, y en que forma. El diseño, adaptación o adecuación de los objetivos de un programa a cada proyecto en general, y el seguimiento formal o informal, sesión tras sesión, de la evolución del proyecto, las incidencias con los participantes si las hubiera, etc.
Si en el proyecto no estuviera disponible la figura del registrador, la interventora elabora el registro de la sesión, que será la base del informe de seguimiento de proyecto.
Por tanto, elabora también los informes tanto durante el proyecto como a su fin, así como las memorias finales de proyecto y/o programa.
En nuestro siguiente post de esta serie, haremos la misma descripción del papel del otro miembro humano del equipo de intervención, el guía canino.
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